Gestión emocional con fin social
en el entorno de la PH
Todos en algún momento de nuestras vidas, en las relaciones sociales o interpersonales, hemos conocido la importancia de saber gestionar nuestras emociones, para así llevar una mejor relación específicamente con nuestro entorno social y familiar, esto significa que depende
de cómo manejamos las diversas emociones y sentimientos, experimentando reacciones ante
situaciones inesperadas o incluso esperables, por ejemplo, cuando en la copropiedad se presentan
tiempos difíciles convivenciales o económicos o como lo que atravesamos hace un tiempo -covid 19
– cuarentena-, son situaciones que trascienden en el comportamiento de cada persona en sus reacciones o respuestas derivadas por la situación de crisis.
Reflexionando en lo mencionado anteriormente, encontramos
que los comportamientos humanos son cambiantes, no son estáticos, al contrario, cumplen una
dinámica de cambios que dependen de diferentes factores psicológicos, educativos, económicos,
sociales, entre otros, el comportamiento se refleja en cada persona al punto de que es lo que
le permite de una u otra manera
tener afinidad con unas personas
y con otras no.
Aquí llega el razonamiento del
asunto, ya que cuando vivimos
dentro de una propiedad horizontal, sale a flor de piel en las
relaciones con nuestros vecinos,
cómo nos comportamos entre
sí, por ejemplo siendo objetivamente positivos! somos empáticos, reflejamos y promovemos
respeto, no generamos odios, no
juzgamos y nos apartamos de
los prejuicios de diferente índole, nos proyectamos a través del
diálogo, la comunicación asertiva, al punto que si llegare a presentarse un caso fortuito o de
fuerza mayor en nuestra copropiedad, unirían fuerzas para salir avante y construir soluciones
como comunidad.
Es imperativo recordar que la
propiedad horizontal establece
principios y normas orientadas
a tener buenas relaciones entre
todas las personas que viven y
están al servicio de la misma, en
los cuales están inmersos nuestros comportamientos y relaciones sociales, cuando nos molesta alguna situación o persona,
debemos atender o recordar y
aplicar la gestión de las emociones o identificar el deber ser y de
actuar, ya que esto nos ayudará a
no agudizar la situación y evitar
que se convierta en un problema,
siendo ejemplo para la misma
sociedad, inclusive para nuestros
hijos.
Analizando el entorno completo
de una copropiedad, nos damos
cuenta que son una gran familia
y los integrantes son distintos en
todo aspecto, unidos por el interés común en que su casa esté en
las mejores condiciones; en todo
aspecto dispuestos a proveer y
apoyar lo necesario para ello, a
sensibilizarse frente a las normas
que se deben cumplir para mejorar y mantener la sana convivencia en la copropiedad, porque es
parte de la calidad de vida que
todos merecen.
¡No solo somos una comunidad
más, somos una gran familia por
la cual y con quien seguir adelante!
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