Cuando hablamos de
perfección nos referimos a algo que no
tiene ningún defecto,
ni variación, pero según el diccionario es:
“Perfección es un concepto
que se refiere a la condición
de aquello que es perfecto. Lo
perfecto, por su parte, es lo
que no tiene errores, defectos o falencias: se trata, por lo
tanto, de algo que alcanzó el
máximo nivel posible.”- https://
definicion.de/perfeccion/-
Este término es muy usado
por el común de la gente cuando quiere exigirle a otro resultados, bien sea en el trabajo, en el
comportamiento, en la presentación personal, apariencia física,
en fin, en todos los campos de
su desarrollo. Pero no podemos
olvidar que también es un concepto subjetivo, depende mucho
de lo que se estime como
perfecto. Para los creyentes “Perfecto solo es Dios” y
tienen razón, porque el ser
humano tiene emociones,
sentimientos, habilidades, destrezas, defectos,
que nos llevan a actuar de
una u otra manera, por lo
tanto, lo que para mí es
perfecto para otro puede
llegar a ser un error, una
equivocación.
¿Entonces cómo conseguir un
estándar aceptable de cosas bien
hechas?; pues bien, no buscando ser perfectos, sino buscando la
excelencia, si cada día nos esforzamos por hacer las cosas de una
manera ordenada, disciplinada y
cuidando hasta el más mínimo
detalle, seguramente vamos a
obtener resultados óptimos.
Según el diccionario: “excelencia es una palabra que permite
resaltar la considerable calidad
que convierte a un individuo u
objeto, en merecedor de una estima y aprecio elevados” -https://
definicion.de/excelencia/-
Para llegar a ser excelente no
se necesita ser mejor que otro,
se requiere hacer las cosas de
una manera diferente, no requiere ser más inteligente, se
necesita ser más disciplinado,
no es indispensable tener más
recursos, demanda tener creatividad, disposición y disponibilidad, no necesita competir todo
el tiempo con otros, precisa enfocarse en lo que busca y pagar
el precio de constancia, sacrificio y trabajo permanente, para
alcanzar su meta.
En propiedad horizontal existen
toda clase de campos de acción,
profesionales por cantidades,
buenos administradores, proveedores, prestadores de servicios,
propietarios, residentes, todo un
mundo de oportunidades para
demostrar que podemos hacer
las cosas con excelencia, solo se
requiere voluntad y ganas de hacerlo. Es urgente que todos nos
pongamos la camiseta y tengamos sentido de pertenencia,
¿hacemos las cosas porque nos
tocó? O de una vez cambiamos
nuestra manera de pensar y empezamos a hacerlas con excelencia, no perfectas, excelentes. Ese
es el reto que tenemos frente a
nosotros, pedimos que nos den
el lugar que merecemos, que nos
traten con dignidad, que nos respeten, pero, ¿estamos dando lo
mejor de nosotros mismos?
Es el momento de empezar
a hacer lo que hacemos, con
excelencia; tenemos que subir
de nivel, hemos trabajado por
mucho tiempo en PH y la gran
mayoría lo ha hecho muy bien,
pero siempre se puede mejorar,
empecemos por resolver estas
preguntas, hagamos una autoevaluación.
*¿Cuánto llevo trabajando en
PH?;
*¿qué logros he obtenido?;
*¿cómo me evalúan mis clientes?;
*¿qué tan dispuesto estoy para
aprender de otros?;
*¿me capacito constantemente?;
*¿qué tan
dispuesto estoy a dar una milla
más?;
*¿creo que ya di lo mejor
de mí?
Solo reflexionemos y respondamos estos cuestionamientos y
agreguemos los que se nos ocurra que podría darnos un indicador sobre si estamos haciendo
las cosas medianamente bien o
si por el contrario, las estamos
haciendo bien, pero las podríamos hacer excelentes. Ese es un
buen inicio para proyectarnos
hacia la profesionalización que
tanto anhelamos.
La invitación es a
agremiarnos y a
seguir allanando
el camino que
buscamos hacia la excelencia y la profesionalización
del oficio de
administrar
propiedad horizontal.
Todos
unidos y enfocados, de seguro lo
vamos a lograr.