Hablemos de principios
muy básicos de
la psicología. Estos
principios rigen
nuestra vida sin que nos demos
cuenta y pueden ayudar
a explicar muchas de nuestras
acciones.
¿Ha oído hablar del condicionamiento?,
¿a qué le suena la
palabra?, suena a una condición,
¿cierto?, ¿una condición para
qué? el condicionamiento es un
proceso básico de la psicología,
éste explica cómo una respuesta,
depende -está condicionada- a
un estímulo que la antecede.
¿Alguna vez ha oído del experimento
del pequeño Albert? Es
un experimento clásico de condicionamiento,
muy poco ético,
cabe resaltar. Este experimento
consistió en poner a un niño de
11 meses junto a una pequeña
rata blanca, en principio el niño
jugaba muy felizmente con la
rata ya que esta era inofensiva y
no le causaba daño alguno.
En la segunda fase, mientras el
niño jugaba con la rata, los experimentadores
producían un ruido
muy fuerte a espaldas del niño,
este sonido le causaba miedo
y detonaba en una reacción de
llanto. Luego de varios intentos
sucesivos, el niño empezó a tenerle
miedo a la rata independientemente
de la presencia del
sonido.
Lo curioso es que a medida
que el niño crecía,
los experimentadores se
dieron cuenta de que no
solo le tenía miedo a las
ratas o cualquier animal
parecido, también había
generado un miedo
-aparentemente irracional-
por los objetos blancos
o que tuvieran una textura peluda,
este hecho dificultó la vida
del niño, incluso hasta llegar a su
etapa adulta.
Si bien un experimento así escapa
de todos los estándares
éticos y morales, nos permite
entender a grandes rasgos cómo
funcionamos, nuestro cerebro
está adecuado para asociar estímulos,
en este caso la rata y
el sonido; de esta forma, lo que
produce uno -el efecto- se traspasa
al otro, es así como el miedo
que producía el ruido terminó
siendo generado también por las
cosas peludas o blancas.
En un ejemplo más común, ¿se
acuerda de esa canción que le
dedicó a su ex? O ¿el perfume
de su mamá? Seguro que cuando
escucha la canción o siente
el perfume, vienen a usted una
serie de sensaciones -puede que
placenteras o desagradables-,
sensaciones que no le llegarían si
no le hubiera dedicado esa canción
a su ex o si su mamá no hubiera
usado nunca ese perfume.
Como los ejemplos anteriores,
podemos encontrar cientos o
miles de respuestas que tenemos,
que están condicionadas
de la misma forma; hay que tener
en cuenta que esta es la forma
más básica del condicionamiento,
existen más y más complejas,
pero por motivos de extensión y
por hacer el artículo ameno no
entraré en ellas.
Sabiendo esto, lo invito, estimado
lector, a hacer un examen
concienzudo de las reacciones
que tiene día a día frente a los
estímulos, sabores, olores, sonidos,
imágenes… ¿qué despiertan
en usted? ¿puede encontrar el
origen de ese condicionamiento?
No se frustre si no localiza el
momento exacto, estamos seguros
de que Albert no recordaba
el experimento, pero es un ejercicio
interesante que vale la pena
hacer.
Si se pregunta, sí, el condicionamiento
se puede romper,
pero eso será tema para otro
artículo. Espero que esta
lectura haya sido de su
agrado, es diferente a lo
que acostumbro a hacer,
pero pensé que sería
algo interesante.
Recuerden que si necesitan
ayuda psicológica
pueden escribirme al correopsiconvers25@
gmail.com
o al WhatsApp 3135578007